domingo, 4 de agosto de 2013

“Un episodio internacional”, de Henry James

Un episodio internacional, de Henry James. Funambulista, 2006. Traducción de Gabriela Díaz. Postfacio de Max Lacruz
 

Título: Un episodio internacional
Autor: Henry James
Primera edición: 1878
Género: novela/literatura norteamericana
Publicada en España por la editorial Funambulista (2006), con traducción de Gabriela Díaz y postfacio de Max Lacruz.

En más de una ocasión he dudado sobre la nacionalidad de Henry James. ¿Estadounidense o británico? Podríamos decir que ambas cosas. Aunque nacido en Nueva York, en 1843, culturalmente estuvo desde muy niño influido por la cultura europea. En 1876 se trasladó a Inglaterra, donde empezó a publicar sus primeros escritos. Y debió de sentirse tan afín a este país, que acabó nacionalizándose inglés (en 1815).
James es quizá el gran ejemplo de escritor transoceánico que aúna lo mejor de la cultura norteamericana y de la europea en general y la inglesa en particular. Este es precisamente uno de sus temas preferidos: el contraste entre el mundo estadounidense y el inglés, que desarrolla en libros como el que hoy nos ocupa, la novela corta Un episodio internacional, publicada por primera vez en 1878.
La novela narra las vivencias de dos jóvenes ingleses, el aristócrata lord Lambeth y su amigo el abogado Percy Beaumont, a su llegada a Nueva York a principios de agosto, en plena ola de calor. Gracias a una carta de presentación de un amigo común, los dos jóvenes entablan relación con el distinguido señor Westgate, que los recibe en su oficina y los invita a alojarse en la casa que tiene en Newport, cerca de Nueva York, gobernada por su atractiva y diplomática esposa. Y allí lord Lambeth conoce el peligro de la seducción, que personifica la hermana de la anfitriona, la bella y curiosa Bessie Alden, que a su vez se siente atraída por Lambeth.
Pero en aquellos tiempos el amor entre una joven bostoniana y un joven inglés parecía inevitablemente destinado al fracaso. Algo que, bien mirado, podría ser una alegoría de la incompatibilidad entre el Viejo Mundo, representado por Europa, y el Nuevo Mundo, encarnado por un país aparentemente alejado de ciertas convicciones sociales como Estados Unidos.
En la novela proliferan –y esta parece su razón de ser– las observaciones sobre dos maneras de entender el mundo, en teoría enfrentadas entre sí: la de los ingleses y la de los americanos. Y de manera sutil se pone de manifiesto que ambos modelos son irreconciliables. No en vano, los parientes de Lambet y los de Bessie, movidos por sus prejuicios, no dudan en obstaculizar cualquier conato de relación amorosa entre ambos.
La novela está salpicada aquí y allá de una fina ironía. No obstante esa finura, su publicación indignó a numerosos ingleses, poco satisfechos con la forma en la que quedaban retratados en sus páginas. 
Un episodio internacional, aguda en su análisis y de fácil lectura, podría ser una buena carta de presentación para aquellos lectores que aún no conocen la obra de Henry James y quisieran dar el primer paso.


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